IGLESIA CUADRANGULAR 8ª REGION - Temas para los hijos
   
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       TEMAS A TRATAR CON NUESTROS HIJOS

PORQUE DEBO HABLAR DE SEXO CON MIS HIJOS/AS?

El mundo en el que vivimos hoy en día esta saturado de sexualidad por doquier, y es que aunque a muchos no nos agrade… el sexo vende. Por eso mucha de la publicidad que vemos en la televisión, en periódicos, revistas, vallas y otros; toman como ilustración cuerpos esbeltos solos o en pareja, besos apasionados, caricias, miradas insinuantes… Socialmente se ha “cosificado” el cuerpo de la mujer. Se vende por doquier la imagen de mujeres que tras el “disfraz” del modelaje se exhiben en bailes y movimientos insinuantes. El cuerpo de la mujer se ha transformado en una forma de comerciar productos y hasta programas de televisión.

Nuestros niños y niñas están siendo sobreexpuestos y bombardeados con temas e imágenes cargados de sexualidad y sensualidad, por esto es que desde muy tempranas edades comienzan a sentir curiosidad por temas de tipo sexual.

Hace pocos días estaba en mi casa viendo las noticias del medio día. En esta edición presentaron una noticia sobre los derechos de personas homosexuales y para ilustrar la nota, pusieron imágenes de parejas homosexuales mientras se besan y se acarician, algunas con poca o nada de ropa; se veían torsos, espaldas donde inician y casi donde terminan…. En ese momento pensé: ¿cuántos niños y niñas estarán a esta hora almorzando en sus casas, porque vienen o van para la escuela y están viendo esta noticia? Pensaba incluso en la respuesta que un padre/madre pudiera darle a su hijo(a) si le preguntase porqué dos hombres se besan…

Preguntas referidas a sexo oral, anal, perversiones, fetichismo y más, pueden andar rodando por la cabeza de muchos preadolescentes y adolescentes. Conductas más sexualizadas de lo normal, excesos de autoestimulación son también señales de que hay urgencia de abordar el tema

Es inevitable, sus hijos(as) en algún momento tendrán alguna pregunta o duda con respecto al sexo y usted es la primera persona a la que deberían acudir. Muchos lo hacen. Sin embargo, la calidad de la respuesta verbal y no verbal que demos, es lo que va a abrir o a cerrar la puerta a una próxima pregunta.

Bien dice el libro de Eclesiastés al señalar que “todo tiene su tiempo”. Esto mismo lo han formulado en numerosas teorías, hombres y mujeres que han estudiado el desarrollo psicosexual del niño y la niña y que inclusive señalan la existencia de diversas etapas en el desarrollo (Piaget, Freud; M. Klein y otros). Sin embargo, el mundo globalizado nos lleva en ocasiones a brincarnos estas etapas, porque tenemos que retomar preguntas que nuestros niños al día de hoy hacen.

Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conocer el caso de una niña que es referida por la maestra pues la había observado en varias ocasiones estimulando sus genitales. Estos temas es importante explorarlos a fondo pues en ocasiones están acompañados del temor o la sospecha de algún tipo de abuso sexual. Cuando la maestra comunica la conducta a sus padres, estos no responden asombrados pues en casa también la habían visto estimulándose. Refieren también que pese a que solo tiene cinco años, el juego tiene una temática de adultos: hay relaciones de novios, esposos, besos, traiciones e inclusive de “amantes” con los que engaña a los esposos. En este caso, después de varias sesiones, se devela que la niña en las noches se acostaba a dormir con una tía que día a día seguía la trama de una famosa novela que pasaban a las ocho de la noche. La novela, todos los días presentaba algunas escenas de tipo sexual que despertaron sensaciones en el cuerpo de la niña. Fue necesario entonces empezar a establecer mayores controles y trabajar con la niña lo que hasta el momento había visto.

Muchos padres y madres se asustan cuando sus hijos preguntan de sexo. Esta temática ha sido abordada por padres y madres con estilos muy propios. Algunos evaden el tema por muchos años, otros lo abordan de forma exhaustiva (cuando de pronto no es tan necesario), otros de forma escasa pues omiten información importante que los hijos requieren porque ellos (padres) se sienten incómodos, algunos recurren a tecnicismos confusos; e inclusive, no faltan aquellos que saquen a relucir la historia trillada de la cigüeña o la semillita. Recuerdo una vez que trabajé este tema con un grupo de niños de cuarto grado. Antes de iniciar la clase, una niña muy elocuente se levantó, con voz fuerte y firme se dirigió a mi diciéndome: nosotros lo que queremos saber es cómo se hacen los bebés, no nos salga con el cuento de la semillita ni de la cigüeña, díganos cómo es que llega el bebé ahí, que hace el papá para que la mamá tenga a su bebé en la panza…. Todos sus compañeros la coreaban y acompañaban con aplausos y risas de ansiedad.

Si usted se identifica con alguno de los modelos anteriores, le invito a tomar nota de las siguientes recomendaciones:

En primer lugar,     
vigile los programas de televisión que ven sus hijos. Adecue los programas dependiendo de la edad. Cuando le sea posible, siéntese junto a ellos para ver y analizar el contenido de sus programas favoritos. Hay programas para niños y preadolescentes en los que a cortas edades de promueven antivalores disfrazados de modas, canciones y pseudoheroes que viven relaciones sentimentales que no corresponden a la edad de sus espectadores.

Evite caer en la creencia errónea de quienes profesan que los niños/as tienen que aprender a diferenciar el bien y el mal. Nuestros pequeños requieren de acompañamiento en este tipo de aprendizajes, son los valores morales y espirituales que se practican en el hogar y la sana comunicación con papá y mamá, los que hacen que a la larga puedan establecer esta diferencia, pero mientras los desarrollan somos nosotros los responsables de velar por ellos y ellas.

En segundo lugar              
ponga mucha atención a los que sus hijos/as preguntan. Desarrolle la habilidad de escucha. Atienda las dudas de sus hijos/as en un tiempo prudencial. Hay temas que despiertan más curiosidad, si usted no aborda el tema con prontitud, probablemente acudan a otro. En la escuela/colegio va a encontrar posibles y variadas respuestas que quizás no estén tan cercanas a la realidad.

Recuerdo que cuando trabajaba de maestra, recibí a una madre muy escandalizada que me contaba como su hija de primer grado le había llegado a contar que uno de sus amiguitos había hecho el amor. La madre horrorizada le pregunta a la niña - ¿y usted qué dijo? , la niña responde – no sé qué es hacer el amor. La madre entonces angustiada, llama a la mamá de una de sus amiguitas más cercanas y le pregunta si su niña llegó hablando de algo relacionado con hacer el amor…. Para cortar la historia; resulta que al día siguiente recibí a dos mamás, un papá y una nota de otros papás; todos me solicitaban acción inmediata. Cuando hablé con el niñito me doy cuenta que para él, hacer el amor era dar un beso, no tenía nada que ver con genitalidad y mucho menos con sexualidad. Cuanta angustia se hubieran evitado estos padres si se hubiesen detenido a escuchar con atención la historia completa.

En tercer lugar                                        
responda estrictamente lo que los niños/as preguntan. Una técnica para estar seguros de comprender lo que nos quieren comunicar es, devolverles la misma pregunta.- Papá ¿cómo nacen los bebés? - ¿cómo crees tú que nacen los bebés? Esta técnica le permitirá conocer que dominio del tema tiene el niño/a, que ha escuchado y qué es específicamente lo que quiere saber. El tema de la sexualidad debe ser abordado respetando el interés y la madurez del niño/a.

Es recomendable que al abordar el tema de las relaciones coitales, se apoye con algún libro. Debe ser un libro que sea para abordar el tema con niños, los libros de sexualidad para adultos pueden tener imágenes que resulten grotescas para los pequeños. Hay libros infantiles que abordan este tema ilustraciones adaptadas para ellos/as. Léanlo juntos, procure crear una atmósfera de seguridad y confianza.

Evite la censura. Piense que si su hijo/a llega a hacerle una pregunta que usted considera “pasada de tono” es porque en algún lugar la escuchó y no resulta conveniente que le demos una tónica de “malo”, “cochino” o “pecado” a sus dudas. Nuevamente insisto en la importancia de la escucha.

Trate de contestar todo lo que le preguntan de forma serena, pausada y siempre con la verdad. La relación entre padres-hijos se fractura significativamente cuando alguna de las partes se siente engañado o traicionado.

Hablar con los preadolescentes y adolescentes de estos temas con anterioridad, les ayudará a concebir los cambios que experimentará su cuerpo con la llegada de esta etapa. Afiance el vínculo de la confianza para que si hijo/a pueda acudir a usted cuando su cuerpo empiece a actuar de manera diferente. Los cambios físicos y sensoriales en esta etapa pueden ser muy angustiantes para los chicos y chicas que no están preparados.

Hoy en día, en nuestra sociedad nos encontramos muchos adolescentes que quizás por falta de orientación y escucha están enfrentándose a la maternidad, a la paternidad, a enfermedades de transmisión sexual o a relaciones sexuales vanas y compulsivas. Por esto, sigue siendo el hogar el lugar en donde debemos redoblar esfuerzos en función de criar hombres y mujeres de valores y convicciones firmes. No permita que el mundo, la escuela, el televisor, los amigos… eduquen a sus hijos.

Bendiciones!

Por Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y Psicopedagoga
 



Cómo disciplinar a los niños

tal vez esto no te guste pero tengo que decirtelo: te has puesto a pensar que no solo el niño es culpable de su desobediencia?, que has hecho o dejado de hacer para que el niño se comporte así?, no sera que tal vez con eso te esta exigiendo de tu tiempo, o tu atención? los niños nacen como un pedazo de masa que solo los padres pueden ir moldeando en la niñez, ellos no saben de educación, el es lo que tu le has enseñado y llega hasta donde tu lo has dejado.
tal vez hasta has llegado a herirlo con regañas como....¡ eres de lo peor!, porque me castigo dios con un hijo así!, ¡porque no eres como tus hermanos etc etc y una lista interminable de insultos hacia tu propia carne. pero de hoy en adelante te aconsejo que reflexiones y pienses.... que estoy haciendo mal, que le falta, que me pide con su comportamiento. y entonces comenzar de nuevo y moldear ese pedacito de masa de mejor manera o

 

 Hablar con un padre o cuidador sobre una disciplina adecuada puede ser difícil. Las posturas sobre cómo disciplinar a los niños pueden variar en las diferentes culturas, y por lo general, los padres actúan con amor y cuidado para con el niño. Sin embargo, algunas formas de disciplina pueden perjudicar el desarrollo de un niño. 

 
Disciplina positiva

 La disciplina es una parte del amor. Los límites positivos le permiten a los niños desarrollarse, crecer y alcanzar su pleno potencial con seguridad.

 Esto ofrece una base firme para el futuro de la familia y la comunidad. Los niños son curiosos por naturaleza y les gusta explorar.

 Debemos tener paciencia, explicar las cosas, responder sus preguntas, y ofrecerles espacios seguros para que ellos puedan explorar tanto física como mentalmente.

 Debemos hacer evidentes cuáles son los límites, y las consecuencias de una conducta inaceptable. Cuando los niños salen de esos límites debemos ofrecer una respuesta calmada y positiva.

 

 Si solamente nos enojamos o gritamos podemos desanimar a los niños a explorar en lo absoluto, lo que evitará su total desarrollo.

Quitarle un privilegio (como un juguete o tiempo con sus amigos) durante un periodo de tiempo, es una manera eficaz de comunicar las consecuencias de una conducta inadecuada.

Recuerde que a veces un niño puede estar reaccionando por temor o pena. Puede que realmente necesite que alguien lo escuche y le ofrezca consuelo en lugar de disciplina.

 

La palabra disciplina está relacionada con la palabra discípulo. Estamos llamados a ‘discipular’ a nuestros hijos y mostrarles el camino a seguir de manera que puedan crecer para hacer una contribución positiva al mundo. Jesús tenía discípulos. ¿De qué manera les enseñó? La relación es clave.

 Él pasó tiempo con ellos y les mostró maneras positivas de vivir. Jesús era su modelo de conducta. Él amó y animó a sus discípulos.

 Nosotros debemos mostrar amor y afecto a nuestros hijos, y animar y elogiarlos cuando se comportan bien.

 Jesús también estaba lleno de perdón. Nosotros debemos perdonar a nuestros hijos cuando cometen errores y evitar recordarles sus fallas.

 Tanto las madres como los padres deben jugar un papel activo y positivo en la crianza de sus hijos. La disciplina debe ser una parte de esta relación de amor entre padre e hijo, pero no la única parte.

 

Valorar a los niños

 En muchas sociedades, los niños no son respetados ni escuchados. La Biblia muestra que Jesús acogía a los niños. En Marcos 10:14 él dice ‘Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan’. Jesús valoraba a los niños, no simplemente como trabajadores adicionales en un hogar, ni como una forma de apoyar a los padres al final de sus vidas, sino como individuos por derecho propio, con su propio valor y relación con Dios.

 La Guía de la Protección del Menor de Tearfund afirma que los adultos no deben pegar ni abofetear a los niños. La disciplina debe ser acorde con la edad y el entendimiento del niño, y al nivel de su mala conducta.

 No debe disciplinarse con enojo. A veces los padres están reaccionado por su propio temor por el niño o por enojo hacia ellos mismos por permitir que ocurriera la situación.

 Debemos tener cuidado con nuestra disciplina para asegurar que estemos ofreciendo el correcto modelo de conducta para el futuro. Los niños aprenden copiando la conducta de los adultos. ¿Queremos que los niños reaccionen con violencia?

 

Algunas formas alternativas de disciplina incluyen:

Pausa – sacar al niño de la situación y darle tiempo para reflexionar sin distracciones. (Esto también ofrece un espacio en el cual los padres pueden calmarse si están enojados y decidir sobre una respuesta apropiada.)

 

No dejar que el niño vea a sus amigos durante un día. 

 

Darles una tarea o trabajo adicional que hacer que normalmente el niño no tendría que realizar. 

 

Quitarle algún privilegio (como un juguete favorito) durante un periodo de tiempo establecido y acordado.

 

Conclusión

Si la disciplina va a ser eficaz, es importante que sea consistente, adecuada y que el niño entienda la razón de la misma. Siempre tome tiempo para explicar claramente al niño:

 

la conducta que es inaceptable

por qué es inaceptable

el nivel de conducta que se requiere en el futuro

cuáles serán las consecuencias de sus acciones.

 

   La buena disciplina 

Elogiar verbalmente y premiar la conducta positiva. 

 

Ejemplificar la conducta que uno quiere ver; los niños aprenden imitando lo que hacen los adultos, no solamente lo que los adultos les piden hacer.

 

Ser claro y consistente – explicar lo que el niño ha hecho mal, las consecuencias, y la conducta que uno quiere ver en el futuro.

Lidiar con la situación tan pronto como sea posible. Si se deja pasar mucho tiempo el niño puede olvidar lo que ha hecho.

 

Si le ha advertido al niño las consecuencias de una conducta poco apropiada, entonces actúe; lleve a cabo la disciplina que dijo que proveería. No dé una advertencia si luego no hará nada.

 

Permitir que la respuesta sea medida y apropiada para el nivel requerido. No reaccione sobremanera.

 

No utilizar la violencia física.

 Asegurar al niño que usted lo ama y lo perdona. Su disciplina es el resultado de la conducta poco apropiada del niño y no afecta el amor que le tiene ni la autoestima ni el valor del niño.



 

 Como disciplino a mis hijos

 tal vez esto no te guste pero tengo que decirtelo: te has puesto a pensar que no solo el niño es culpable de su desobediencia?, que has hecho o dejado de hacer para que el niño se comporte así?, no sera que tal vez con eso te esta exigiendo de tu tiempo, o tu atención? los niños nacen como un pedazo de masa que solo los padres pueden ir moldeando en la niñez, ellos no saben de educación, el es lo que tu le has enseñado y llega hasta donde tu lo has dejado.
tal vez hasta has llegado a herirlo con regañas como....¡ eres de lo peor!, porque me castigo dios con un hijo así!, ¡porque no eres como tus hermanos etc etc y una lista interminable de insultos hacia tu propia carne. pero de hoy en adelante te aconsejo que reflexiones y pienses.... que estoy haciendo mal, que le falta, que me pide con su comportamiento. y entonces comenzar de nuevo y moldear ese pedacito de masa de la mejor manera 


 

 

COMO FORMAR HIJOS DE BIEN

Formar a un hijo o varios hijos de bien, es uno de los retos más difíciles para los padres de hoy, pero al mismo tiempo es uno de los más gratificantes. Con todo eso, muchos padres aún no toman la iniciativa que deberían en este mundo tan complejo y convulsionado.

La vida moderna difiere mucho de las décadas pasadas, lo cual también equivale a variantes en las formas de criar hijos en relación a lo que nuestros padres usaron con nosotros; porque a decir verdad, la forma en que nos criaron tiene relación en el cómo vamos a criar a nuestros propios hijos, ya sea esto efectivo o no.

No obstante, hay principios universales e inalterables en la formación del carácter y la personalidad de un ser humano, y estos tienen mucho que ver con el producto final que obtendremos en la formación de cada uno de nuestros hijos. Para tal efecto, es necesario aplicar estos principios que yo denomino “herramientas”, cuyos usos darán como resultado una excelente labor paternal.

1. Amor. Todo padre y madre aman a sus hijos, aunque no necesariamente saben expresarlo. Esto se debe a que cuando ellos también fueron hijos no recibieron muestras de afecto y aprecio por parte de sus padres. Y en el intento por llenar ese vacío en la interacción con sus hijos, buscan sustitutos materiales lo cual no logra satisfacer la necesidad de afecto y ternura que todo ser humano -particularmente niño o adolescente- necesita.

Los hijos carentes de aprecio y apego de sus padres, procurarán conseguirlo en otros lugares, y lamentablemente por su inmadurez se refugian en cosas poco nobles. Ante esto los padres reaccionan con desconcierto al no entender por qué sus hijos a quienes no les falta “nada” terminan en situaciones horrendas. Todo esto se podría evitar si los padres colmaran a sus hijos de abrazos, besos, aprecio, estimación, etc. Si no lo sabía, el amor no tiene sustitutos.

2. Autoridad. El ejercicio de la autoridad es imprescindible en el propósito de salvaguardar a nuestros hijos de los flagelos que vienen azotando y destruyento a nuestra jóven generación. Jamás sea permisivo o condescendiente con lo malo o lo incorrecto. Nuestros hijos necesitan referentes de conducta, establezca parámetros de lo que es permitido y de lo que no se permite en casa. Jamás celebre cuando sus hijos usan de groserías o cuando se tornan insolentes. Enséñeles a tener pudor y decencia, ya sea en casa o cuando estén fuera de ella.

Los hijos deben saber que los padres son la autoridad en casa y deberán someterse a ellos. Dicha autoridad siempre deberá ser ejercida con firmeza y determinación, esto equivale a ser inflexibles a las normas o reglas que ellos mismos han establecido para sus hijos. Se espera que quienes establezcan las normas sean los primeros en cumplirlas, esto será un buen recurso para que todos en casa hagan también lo mismo. La regla puede ser de hierro, pero los padres siempre han de mostrar ternura al exigir su cumplimiento, pues ellos saben qué es lo mejor para sus hijos.

3. Experiencia. Siempre oigo a los padres jóvenes decir que, es su inexperiencia lo que desencadenó en una serie de errores relacionados a la formación de sus hijos. Lo mismo dicen algunos padres no tan jóvenes y la mayoría de quienes han perdido o están perdiendo a sus hijos. Con el respeto que se merecen quienes afirman esto, debo decirles que esto no es tan exacto, por no decir que faltan a la verdad. En seguida, permítanme demostrales lo contrario.

Ninguno llega desprovisto de experiencia para ser padre. Fue en nuestro entorno familiar siendo hijos que ganamos experiencia. ¿Recuerdas cómo te hubiera gustado que tu padre te abrace y te diga que te ama? Pero no lo hizo, y te dijiste: “Cuando tenga mis hijos, yo no seré igual”. O aquel día cuando tu padre se fue de casa para nunca más volver, ¿recuerdas que te hiciste la promesa de “nunca abandonar a tus hijos”?. Experiencias como estas nos marcan para siempre, y está en nosotros no volverlas a repetir. Pero también viviste experiencias gratas y maravillosas las mismas que son dignas de volverse a repetir con tus hijos. Echa mano de la maravillosa herramienta de la “experiencia” y aplícala en la formación de tus hijos.

4. Sabiduría. Conozco padres que no tienen instrucción, y que tampoco viven en las grandes urbes, ni son acaudalados, pero han sabido encaminar tan bien a sus hijos que ahora gozan del fruto de haber cumplido una estimable labor formativa. ¿Qué quiero decir con esto? Que es perfectamente posible que todas las personas podamos formar hijos de bien. Y para esto no se requiere ser tan inteligente, ni pertenecer a determinada clase social, sino usar cada una de la herramientas anteriores y dar lugar al uso de la sabiduría, digo esto porque es la que menos se usa hoy en día.

La sabiduría se define como “conocimiento profundo”. En filosofía se la conoce como “gnosis”, y en psicología se denomina “cognición”, pero también es: razón, criterio, entendimiento y sentido común. ¿Por qué digo que se la usa poco? Respondo con solo dos preguntas: ¿Se ha percatado qué poco criterio tienen innumerables padres al consumir alcohol en presencia de sus menores hijos?, ¿dónde está el sentido común de los padres al permitir que sus hijas adolescentes acudan a discotecas?. Es increíble, pero en pleno Siglo XXI todavía existen padres incautos e ingenuos, parece que no tienen “conocimiento” que los vicios ocasionan estragos en la familia y que las discotecas son centros de perdición para la juventud. Si este fuera su caso, lo invito a considerar lo que dijo el gran sabio Salomón:

 “Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. El obedecer a Dios es el principio de la sabiduría, y conocer al Dios santo es la inteligencia”. – Proverbios 4:7; 9:10.

 

 

 

 


   
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